La Bestia habla.
Tiene un idioma propio.
Esa bestia, a la que llamamos Sistema, tiene una presencia cada vez menos abstracta: ya empieza a ser un ente con unas características bien definidas y reconocibles.
Y una de ellas es un lenguaje propio, con unas lógicas propias y con una intencionalidad final concreta. Sigue leyendo